En Torralba debieron de existir bibliotecas particulares ya desde antiguo. Sin ellas, no se explica el origen torralbeño de eruditos como Pablo de Mera. Otras evidencias sugieren que la población torralbeña no se limitaba a campesinos que ni sabían leer ni se interesaban por la cultura. En un documento del 31 de marzo de 1650, entre diferentes artículos de venta en Torralba se mencionan “libros y pinturas profanas”, lo cual da muestra de un temprano interés por los libros.
Ya en el siglo XIX existieron bibliotecas abiertas al público en Torralba, como se extrae de un documento de 1888, donde se concede, previa solicitud del ayuntamiento, “una biblioteca popular, con destino a la escuela pública de 1ª enseñanza de niños de dicho pueblo, cuyo maestro será el bibliotecario”. Años más tarde, en 1911, el Ministerio de Instrucción Pública, concede al casino “La Buena Amistad” de Torralba, “una colección escogida de libros”.
Durante la Segunda República, el Ministerio de Instrucción Pública establecía la obligatoriedad en todas las escuelas primarias de contar con una biblioteca abierta y gratuita, tanto para los niños, como para los adultos, bajo el control del maestro (véase el decreto de 7 de agosto de 1931). Así, en el año 1933, en un acta de sesión extraordinaria del ayuntamiento se recoge: “la creación de una biblioteca popular y teniendo en cuenta la suma conveniencia y utilidad que reportaría para el vecindario la existencia de una biblioteca, a la que tuvieran acceso todos los individuos de la localidad, con lo que conseguiría una mayor difusión de la cultura entre el vecindario, sometía a la consideración de la Corporación este asunto, advirtiéndole que en virtud de las gestiones realizadas con la casa “Emporio del Libro”, de Madrid, esta se comprometía a facilitar inmediatamente cuatrocientos noventa y cuatro volúmenes por la cantidad de dos mil cuatrocientas ochenta pesetas, con cinco céntimos”.
Esta primera biblioteca se debió de ubicar en la escuela del pósito (actual hogar del jubilado) con una colección modesta pero aceptable para la época. La biblioteca despertaría el interés de la población, como indica la ampliación de la colección un año más tarde mediante “una letra de cambio de doscientas cincuenta pesetas satisfecha a la casa “Salvat” Editores de Barcelona, importe de la cantidad que corresponde abonar durante el año actual por la adquisición del Diccionario y Enciclopedia agrícola para Biblioteca Municipal”.
La inexistencia de documentación en el período de la guerra, indica la lógica falta de actividad de la biblioteca en este período. Asimismo debió de desaparecer gran parte de la colección inicial, pues en los fondos de la biblioteca actuales no se ha conservado ni un solo ejemplar anterior a los años 40.
Sin embargo, la biblioteca no llegó a suprimirse por completo, pues en enero de 1941, se acuerda la adquisición de “la obra titulada “Historia de la Cruzada Española”, para (...) incrementar la Biblioteca Municipal. (...) en la cantidad de cuatrocientas pesetas”.
En los plenos de esta época se distingue entre biblioteca municipal y escolar. Esta diferenciación haría más alusión a la colección que a la institución bibliotecaria propiamente dicha, ya que ambas se albergarían en la escuela municipal, siendo gestionadas por los maestros. Así se aprecia en otro documento de 1944, siendo alcalde Marciano Fernández de Alba Carrasco, en el que además volvemos a tener noticia de la adquisición de libros: “Adquisición de libros para la Biblioteca escolar. El mismo Sr. Alcalde continuó manifestando que ha sido visitado recientemente por los Sres. Maestros y maestras Nacionales de la localidad, quienes han solicitado que por la corporación municipal se contribuya en la medida posible a la formación de una biblioteca escolar, ya que ello ha de beneficiar extraordinariamente la cultura general del vecindario por cuanto despertará en los niños la afición a las buenas lecturas; la Comisión Gestora municipal, acordó por unanimidad contribuir con la cantidad de 500 pesetas a la adquisición de libros para la biblioteca expresada.”
Al año siguiente, se vuelve a solicitar una nueva partida para incrementar la colección, así como la adquisición de mobiliario.
En 1947, el alcalde Julián de Castro Ruíz de Castañeda, “expuso seguidamente la conveniencia de ir incrementando los fondos de las bibliotecas escolar y municipal con nuevas adquisiciones para lo cual se dispone de consignación adecuada en el vigente presupuesto”.
No tenemos noticia de ninguna otra acción hasta una década después, cuando, la Biblioteca de Torralba reabre sus puertas a raíz de una Orden del Ministerio de Educación Nacional, con fecha del 20 de febrero y aprobada en sesión ordinaria del Ayuntamiento, presidida por Julián de Castro, el 25 de marzo de 1958. Tras las oportunas obras de reforma en un local de planta baja del Ayuntamiento, se inaugura la Biblioteca Municipal el 23 de abril de 1958. Unos días después se designa a Inocencio González Díaz, como bibliotecario, por la cantidad de 325 pts. mensuales. Posteriormente serán Ramón Abenójar Gómez-Galdón, y más tarde Pilar Buendía Díaz, los encargados de la biblioteca.
Un concierto del Servicio Nacional de Lectura entre el alcalde Julián de Castro e Isabel Pérez Valera (Directora del Centro Coordinador de Bibliotecas), que entra en vigor el 1 de enero de 1960, determina la denominación de Biblioteca Pública Municipal D. Inocente Hervás, en honor a nuestro ilustre historiador. También se establece el funcionamiento interno de la misma y su sometimiento al régimen del servicio Nacional de Lectura, a su Inspección general y a la particular del Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas de Ciudad Real y obliga al Ayuntamiento a proporcionar el local y consignar un presupuesto anual “para atenciones de la Biblioteca Pública Municipal” no inferior a 8.500 pts. Asimismo, el Centro Coordinador cede un lote inicial de 1.683 volúmenes, quedando obligado a incrementar anualmente los fondos bibliográficos con una cuantía de más de 4.500 pts, asumir la dirección técnica de la Biblioteca, proporcionar formación al encargado de la Biblioteca, facilitar el préstamo, etc.
En 1979 se inicia una nueva fase para la Biblioteca con el acuerdo en Pleno, por unanimidad, el 25 de agosto, para su traslado a los locales de propiedad municipal situados en la calle Calvo Sotelo, nº 2, en las antiguas escuelas del pósito (donde pudo ubicarse en sus inicios), con el objeto de mejorar las instalaciones y darle mayor amplitud. El 27 de septiembre de 1979 se solicita al Centro Coordinador de Bibliotecas de Ciudad Real, la autorización de traslado de la Biblioteca, que da su visto bueno mediante escrito el 9 de octubre del mismo año; teniendo lugar la inauguración oficial de este nuevo local el día 21 de enero de 1980.
Posteriormente tiene lugar un período de transición, trasladándose por un breve período de tiempo a las escuelas del Cristo del Consuelo, hasta que se construye la Casa de Cultura en 1995, donde se encuentra en la actualidad.
Los nuevos retos que impone la era digital y la sociedad del conocimiento hacen que aquella institución que surgió a principios de los años 30, se vaya transformando para adaptarse a los nuevos tiempos, con su incorporación al catálogo colectivo de la Red de Bibliotecas de Castilla -La Mancha en 2010 y el propósito de reducir la brecha digital de la población a la que sirve. Sin embargo, en esencia, la biblioteca sigue teniendo su prioridad en el fomento de la lectura en cualquier tipo de soporte, como instrumento básico de la libertad individual.